sábado, abril 28, 2012

Running toilet


No es primera vez y esperaría fuese la última, pero me molestan las situaciones absurdas que se producen en un baño, un lugar que pareciera inofensivo, puede generar un sin número de situaciones inesperadas. Por ejemplo hace poco un amigo se quedó encerrado en uno de ellos en plena juerga de una disco. Al menos la situación terminó cómicamente cuando fue rescatado por un descamisado musculoso, que se ofreció a ayudarlo.

Sin embargo, me han pasado historias que me dejan esa sensación de impotencia de no ser tan precavido. Hace muchos años una amiga me prestó su departamento fuera de la ciudad, lo que a todas luces era una buena alternativa de salir a bajo costo. Sin embargo antes de irnos, mi acompañante fue al baño y no se percató de que la cadena quedó abierta. A las semanas recibo el llamado de mi amiga diciendo que había recibido una cuenta de agua enorme, la que tuve que pagar y era incluso más cara si yo hubiese arrendado directamente un lugar.

Otra vez en medio de un viaje a Valparaíso, me caigo en el baño del hostal antes de salir a festejar en la ciudad, rompiéndome la cara contra el lavamanos. Obviamente todo terminó en una clínica esperando ver si había fractura u otro tipo de complicaciones.

Y más recientemente, sentí toda la noche correr agua de un baño en mi edificio. Como es un ruido nuevo desperté un par de veces y me decía que alguien se habría ido de vacaciones sin percatarse de su toilet. Sin embargo al día siguiente me doy cuenta de que el agua que corría era el otro baño de mi departamento y me genera una sensación rara entre hecho absurdo y poco exhaustivo de mi parte. Al final tendré que esperar a fin de mes para saber cuando costará este nuevo incidente y quedo con la sensación de que debo ser más vigilante con mi entorno para no sentirme así como para escribir este texto.