sábado, diciembre 08, 2012

Una flor que nunca abrió


Cuando uno adquiere un ramo de flores en botones, espera que estas sigan su proceso natural y abran lentamente durante los siguientes días. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando estos botones nunca maduran y la flor se seca, sin siquiera apreciar su belleza?

Pasa el tiempo y en mi entorno veo aparecer nuevas generaciones con un dinamismo que yo no tuve. El terreno firme donde me he movido por todos estos años muestra varias vetas pantanosas. Y hasta ni siquiera puedo ver a los ojos a los perros, porque me ladran o miran con desconfianza.

Tanto tiempo y esfuerzos en intentar invertir la fragmentación a la que me había sometido, pero el resultado opuesto tampoco es alentador. Cuando veo trozos de mi existencia como aquellos claveles secos en mi florero, vuelvo a hacerme preguntas, ya no las mismas de siempre, sino las nuevas que surgen por mirar por la ventana.