sábado, septiembre 07, 2013

Hannah y el closet


Uno de mis placeres culpables era ver los fines de semana en las mañana las series adolescentes en televisión. Hannah Montana era una de ellas. Sin embargo no había reparado en el mensaje de que llega el momento en que es necesario terminar una doble vida, lo que me sucedió cuando transmitieron la película de ella, donde se saca la película frente a los asistentes a un concierto en su pueblo.

Sin forzar las cosas, se podría decir que el guión es perfectamente concordante con estos cada vez más frecuentes procesos de salida del closet del ambiente artístico e incluso político. Hoy en las elecciones parlamentarias existen tres candidado abiertamente homosexuales disputando algún cupo, algo impensable hace cinco años.

Y vuelvo a lanzar la pregunta al aire. ¿realmente es liberador esto?... en el caso de Miley-Hannah, cuando ella descubre su verdadera identidad (previo discurso de que yo soy de aquí y a ustedes no los puedo engañar), luego canta una canción, para que finalmente todo el público le pida a gritos que vuelva a ser Hannah Montana y que ellos le guardarán el secreto. Y por supuesto ella vuelve a cantar como si nada hubiese pasado y fin de la historia.

Si conceptualizamos esto sería como la frase del Gatopardo "cambiar todo para que nada cambie", siendo que en la mayoría de los casos hay un desenlace muchas veces imprevisto. La vida de algunas personas no tiene que ver con la dicotomía bipolar de habitar en el closet, sino más bien con mantener un status y un lugar cómodo, del cual cada vez existen menos energías para salir.