viernes, noviembre 30, 2007

La ciudad de los fotografos


Hoy tenia algo de tiempo libre y me propuse ir al cine o algo por el estilo. Por horario lo que mas me acomodaba era el documental "La ciudad de los fotografos" de Sebastian Moreno, por lo que parti a esa funcion.
Reconozco que si bien el titulo me seducia, tenia ciertos prejuicios, porque trataba de los fotografos en dictadura y hace un tiempo sentia que esos temas ya se me hacian un poco agotados.
Sin embargo, sera que mi vena fotografica es una arteria o que la edad y la distancia de los hechos permite otra perspectiva, es que el documental logro emocionarme hasta el alma. De hecho ahora escribo directamente desde la emocion y no desde la razon, por lo que se pide comprension gramatical.
Buscando la foto para este articulo me di cuenta que el documental se estreno en algun festival el año pasado, pero solo ahora esta en la cartelera habitual de un cine. Una sala vacia con solo tres personas ademas le dio un ambiente de instrospeccion a la funcion.
Las imagenes fotograficas impresionantes, contrastadas con alguna grabacion televisiva, favorecian lejos a la primera; un excelente documental, potentes imagenes, con una edicion de sonidos de la epoca y una develacion del alma de los fotografos que participaron en la grabacion. Un Santiago que vivi de una forma completamente distina, lejano a casi todo lo que ocurria y que hoy me impacta. ¿Seria fotografo si hoy fuera esa epoca? Pensaba ademas en los grupos que hoy me siento identificado o de alguna forma soy parte de ellos, pero que no logro o no quiero conformar comunidad. Pienso ademas que facil es olvidar e irritante es el que no se reconozca la complejidad de las cosas. Desde mi distancia no podria haber tomado las fotos en medio de las protestas, si bien ellos se declaraban espectadores, el contexto no te daba la opcion de serlo realmente; se ve como los fotografos ayudaban e incluso sentian la fragilidad humana, algo que me cuesta tanto hoy.
Un documental muy recomendable para recordar, admirar, reflexionar y sobretodo re=conectarse con las emociones que siempre han estado ahi.

2 comentarios:

Luís Sánchez Toro dijo...

Que melancolía produce el recordar o colocarse en el contexto de los hechos pasados. En un clima de represión y episodios de enconada brutalidad, las demandas de estos grupos parecen hoy la lucha eterna entre David y Goliat, como hormigas enfrentadas a un muro tan alto. Tal vez esa afrenta perdida es lo que les da ese aparente halo heroico. El testimonio fotográfico tan valioso hace de la situación un hecho para la memoria, la fotografía desde sus lateralidades se inscribe no sólo como marco de una situación contextual independiente de sí, sino también como producción temporal y, la vez, personal, involucrada con su instantánea, que fluye con los demás registros como un mensaje hacia el futuro. Establecer un registro siempre será un acto político. El fotógrafo al igual que el pintor toma una posición de observador ¿pero es tan pasiva la función del observador? en este caso me parece que el fotógrafo adquiere una relevancia absoluta al designar lo capturado, cual cazador no apresará cualquier animalillo. Esa selección única que hace el fotógrafo es su testimonio, irrepetible e imposible de volver a producir. El fotógrafo usa su instrumento como una mirilla, un espejuelo por el cual se puede apreciar el calidoscopio del pasar humano que él establece. La fotografía tiene el privilegio de capturar la muerte, de fijar aquello que no se repetirá jamás.


Saludos Lincac.
Luís.

Anónimo dijo...

Vi el documental hace unos meses, en una función especial en el lugar donde trabajo...
Había muchos jóvenes aquel día, y fue reconfortante ver que ellos comprendían la razón de la emoción que nos embargaba a nosotros, los más grandes, los que pudimos haber salido salido en esas fotos, o que vimos esas imágenes en alguna revista de la época.

Y yo terminé de comprender, porque la fotografía es necesaria, en un tiempo en que la técnica permite registros de imágenes mucho más avanzados.