Solo tenemos siete minutos. ¿los tomas o los dejas?
Los dejo. El tiempo y el espacio están a flor de tu piel como para que las cosas sean distintas.
¿Vaso semi lleno o semi vacío?
Semi vacío, contestaste sin vacilar. El realismo y la falta de búsqueda de aprobación, son algunas de las raíces que conforman tus cimientos.
¿No decía el cantante, que la vida era eterna en cinco minutos?
Pues sí, pero esa sólo era una metáfora, resonó entre los muros tu respuesta.
El tiempo y los sueños son ramas que se pueden retocar, e incluso descartar.
¿Y acaso esperaba un espejo para verme y reconocerme?
Claro que no. Las historias humanas seguirán escribiéndose llenas de pequeños detalles y matices que las harán distintas entre sí, pasando a convertirse en un libro de bolsillo en alguna estantería doméstica. Lo sublime es lograr que esas historias se engranen en el alma, cuando pierdan su materialidad.
Pues claro, es la eternidad y dos minutos extra.
Pues semi lleno. Viviendo tantas sequías, una gota de agua sacia mi sed, así como lo fue con el crucificado en su hora final.
No lo sé, pero sí me da energía y alegría de vez en cuando. No me cierro a nada ex profeso y eso es un ejercicio diario del alma. Tendría tantas razones para cerrar las puertas, que me basta con una sola razón para dejarlas abiertas. Y quizás esté la felicidad en esa pequeña rendija de aire y luz, que se esfuerza por querer entrar.
¿Y que no escribo?
Sólo y casi cuando estoy conectado a un sentimiento de melancolía. Por eso la dureza en la gestación de estas líneas.
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