lunes, agosto 20, 2007

La ventana de enfrente, de la acera, de la ciudad


Hoy nuevamente volví a verte y pensé que era la segunda vez en una semana, quizás no demasiado para ser casualidad, por lo que me sonreí de la vida silenciosamente mientras esperaba que comenzara la película.
Traté de guardar los detalles de la situación y de buscar tu mirada que nuevamente estaba lejos de cualquier parte.
La primera vez fue cuando tomaba un café por el barrio. Tu entraste e hiciste lo mismo, con la diferencia de que siempre estuviste de pie y te lo llevaste tras de ti.
La película hablaba de esos encuentros y desencuentros que suelen hacer la diferencia o no en la vida y me sonreí con alguno de ellos. El aire europeo que proyectas en tu forma de vestir y ocupar los espacios urbanos, tenía mucho que ver con la película.
Eres misterioso, eso siempre me ha atraído de las personas, y quizás mi afán de observación es el que me hace experimentar esas cosas y seguirles las pistas por un rato.
¿Yendo al cine solo y esperando a la salida como yo, que el celular tuviese alguna llamada perdida? Sacando los lentes para ver la película y luego guardarlos sigilosamente en un estuche con un corazón pegado en él, en fin detalles, datos acumulados que se vierten en historias cotidianas.
Estuvo entretenida la salida y la observación para mí. Salieron algunos apuntes de eso y curiosamente hubo una tercera vez, pero esta virtual.

Pd: si leyera esto respecto de mi mismo, pensaría que el escritor es un patológico, aunque eso dista absolutamente de ser así. Busco atmósferas, detalles en la ciudad, reconstruyo lazos virtuales y reales y hasta puedo generar un guión literario al más puro estilo continental. Sólo soy un loco artista.

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