En mi último posteo, mi amigo Luis describió la génesis de la envidia desde su perspectiva, señalando
"Más que la garantía de posesión personal y social del objeto digno de reconocimiento, lo envidiable sería el valor previo o anterior que el sujeto adquiere para atraer a ese objeto-sujeto-otro. Entonces se reconoce que el problema no es el espacio y relación donde se efectúa la posesión, sino en el capital simbólico del poseedor, que lo designa antes de todo acto consciente. "
En palabras más simple entendí que mi envidia es la misma del génesis, porque efectivamente no tolero que un Otro significante para mi, sea poseedor de lo que yo me siento despojado. Nada de sutilezas, sino que sentimientos fluyendo puramente por mis venas.
En este proceso de develación de nuevas verdades, también han caido grandes mitos y es un estado al que quizás deba acostumbrarme - una señal de madurez como diría mi terapeuta - , para pasar del mundo fantaseado al no especulativo.
¿He aprendido a vivir mi envidia?.... creo que he dado los primeros pasos, en algunos casos reconociéndolos directamente a los afectados y en otros intentando bypasear a la hipocresía, que es la natural salida a este tipo de situaciones.
Ahora la pregunta se traslada al más puro estilo Sex and the City.... "¿será que hay ganancia en reconocerse envidioso e hipócrita, aunque menoscabe la imagen positiva de ti mismo?"
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