lunes, octubre 06, 2008

Violencia transportada

Una de las tantas consecuencias no previstas del Transantiago, fue que la gente llevaría su idiosincracia arriba de los peldaños, lo que aumentado por el malestar general (la gente anda mal genio), ha hecho que poco a poco estallen algunos fenómenos bastante poco deseables.
Es cuestión de todos los días ver alguna muestra de violencia en los buses del transantiago ya sea porque el chofer no paró, no abrió la segunda puerta o entre pasajeros que se rozan o pisan al pasar. Los abuelos reclaman veladamente porque la gente joven no respeta siquiera los asientos naranjas, en fin. Y al parecer estas señales continuarán mientras las cosas sigan como están.
Sin embargo lo que más me complica es lo que he visto ya más de una vez arriba de un bus y es la presencia de barristas, especialmente los domingos que son los días de mayor convocatoria futbolística. Puertas abiertas, destrozos, intentos de asaltos los he visto con mis propios ojos. Sin embargo ayer sencillamente fue el colmo.
Evitando plaza italia por los posibles desmanes de un clásico, tomamos con mi sobrino un bus hacia la Estación Mapocho y observamos que tres barristas se habían subido. Como no gritaron y no estaban borrachos pensamos que podríamos librarnos de un mal rato, lo que fue una apreciación errada.
Cuando el bus paró en el semáforo de Recoleta nos dimos cuenta que de otro bus bajaban a lo menos 30 barristas del otro equipo. Los acontecimientos ocurrieron entonces demasiado rápido. Por una estupidez del chofer, sencillamente no vio la turba y abrió la puerta, lo que implicó que identificados los tres barristas se subiera un grupo de 20 personas a golpearlos mientras el resto mirábamos atónitos, sin poder hacer nada. No solo los golpearon sino que aprovecharon de robarles todo los que pudieron e incluso miraron al resto de los pasajeros por si se podían llevar algo. El chofer siguió impávido y cuando le pedimos que se alejara dijo que estaba en rojo y que teníamos que esperar. Plop.... no se supone que eran choferes capacitados. ¿Nadie les explicó que hacer en estos casos? ¿nadie le dijo que tenía que proteger a la máquina de piedradas y a los pasajeros?
El mal rato de una salida dominical no se arregla desde un Ministerio, porque es un tema social y ahí nadie entiende que al parecer los contratos sociales caducaron. Y está claro que los tres barristas agredidos, en la revancha de una próxima oportunidad serán los agresores, de eso no me queda la menor duda.

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