sábado, agosto 16, 2008

Un sueño presente

Pareciera en ciertos momentos de mi presente, que las vivencias más intensas se encuentran en mis sueños y si estos tienen elementos sensitivos incluídos hacen que la experiencia sea aún más nítida y que mi subsconciente se revele al olvido trayéndo esas imágenes al mundo conciente y al recuerdo.
No acostumbro a soñar con gente que está en mi presente, intentándo conformar alguna figura que la convierta en algo significativo y por lo tanto no sea desechada hasta de su sombra por mis implacables urgencias. Y a veces he vivido también el ser arrancado de cuajo de alguna página de vida de otros. Recuerdo una persona con quien fluían varias conversaciones, pero no tenían prisa, ni rumbo y esas y otras ambigüedades terminaron agotándome. Lo genial del tema fue que en respuesta a mi lápida de despedida respondió "haré cuenta de que nunca exististe", liberándome de mi propia existencia. Un lujo no?.
Pero volviendo al tema de este artículo el sueño fue el siguiente: "te veía echado en el suelo, en posición suspendido, así como los perros se colocan cuando no saben si les vas a acariciar el estómago o los vas a golpear; tu cuerpo desnudo era cubierto en alguna zonas por una especie de talco, que te hacía ver como la persona de la foto. Sin embargo ese color blanquecino al tocar tu piel, logré darme cuenta de que era el resultado de tu sequedad: sencillamente tu cuerpo estaba seco como un papel y rozarlo así me recordó un papel volantín arrugado."
Creo que fue la experiencia más cercana que tuvimos, donde el sueño fue más allá de nuestras circunstancias, robándose el incierto presente en que fuimos envueltos.

3 comentarios:

Luís Sánchez Toro dijo...

Y hay algo, que es tan propio de este mundo virtual, que pareciera ser “todo” parte de un sueño, función de algún tipo de "matriz", como sostiene la posmodernidad con respecto a la conformación de esta aldea globalizada por los medios de comunicación, específicamente internet. ¿Pero hasta que punto no deja de ser esto, esto que escribimos, esto que fotografiamos, esto que decimos, hablamos, parte de la gravedad de la imposibilidad de esa verdadera comunicación que buscamos? ¿Nos acercamos y despegamos de la virtualidad como si fuera un sueño y a la vez una pesadilla? Nos enchufamos y nos trasladamos a una plataforma que no existe en lo concreto, que con un click se pueden borrar los textos, las imágenes y los contactos de msn, que podemos decir que "haremos como que nunca exististe" y doblar la mirada como si nada. Limpio, limpiado, pulcro, una página en blanco y la fantasía de la comunicación se hace sobre ninguna “huella”, cuestión ilusa, siempre se parte de algo y ese “algo” está siendo bombardeado, negado. Ese deseo posmoderno de desaparecer, de llevar a cabo con éxito el anhelo nihilista no es más que el síntoma de esta nueva forma de socialización que en vez de borrarnos como pretendía ha logrado que nos transformemos en poshumanoides desde la negación ¿qué sucederá cuando se produzca el gran apagón?. Siempre habrá una necesidad del otro, esa negación, ese movimiento al cual nos ha llevado este sueño genera, produce efectos sobre nosotros, pincha sobre tu carne, pero lo negamos, no existió, no hay memoria y peor aún, no hay un otro… y lo más paradójico que tal negación, que tal sueño no hace desaparecer ese “algo” sino que lo coloca en un estado de latencia, como un fantasma, evocado en la sensación pura y egótica, sublimado como un eunuco a su miembro castrado…


Saludos.
Luís.

Anónimo dijo...

Hay sentencias de muerte (las mutuas) que te condenan a existir, aunque no quieras. Debe ser por el gustillo amargo que dejan dichas sentencias.

licanc00 dijo...

Imposible no comentar tu "dijo Luis". Entiendo que mi vivencia del "haré cuenta que nunca exististe" tiene un eco mayor del que quise darle en su momento. Solo desaparecí de la vida de un otro, porque me era una espiga y así lo entendió. La eventualidad de un posible daño, sólo permite la anulación del otro como recurso de protección y así sólo cobró su venganza y yo fui deleteado .... ¿un ejemplo de posthumanoide? En este contexto claramente lo es.

Hace poco tiempo cuestioné también a una persona dogmática en su propio terreno. El resultado fue ser eliminado de su msn (eliminado y no admitido) y así suma y sigue.

Si quiero conocer a alguien en internet debo construirme como un modelo significante para existir en el otro; de no ser así estoy condenado a seguir en esta cárcel virtual y la verdad que ni ganas me dan de siquiera intentarlo. Acá no hay ni deseo ni el goce que tu tanto comentas, sólo ese estado de latencia que me persigue por tantos años.
El fragmento que cito en la nueva entrada tiene especialmente relación a ese sentimiento. Gracias por seguir escribiéndome.